Eterna oscuridad de una mente con recuerdos

sábado, 24 de febrero de 2018

Mudo: Una película que no tiene mucho que decir

La nueva película de Duncan Jones que venía de decepcionar a muchos fans con 'World of Warcraft' pero que sin embargo nos había sorprendido con 'Moon', volvía a las pantallas -la pequeña en este caso- de la mano de Netflix, para traernos un neo-noir futurista que desde luego llamaba nuestra atención.

Lo malo es que como ya pasara con su anterior película, esta vez se queda en un casi, casi, pero no.  La película presenta a un hombre interpretado por Alexander Skarsgård que buscará desesperadamente a la chica a la que ama después de desaparecer repentinamente. Al parecer por la sinopsis no nos enseñará nada que no hayamos visto mil veces, y efectivamente, no lo hará. La historia es absolutamente convencional, si no fuera por el maravilloso envoltorio, sería una película de los domingos de antena 3.

El protagonista es soso, y no porque sea mudo, si no porque no tiene chicha, de hecho era un gancho prometedor eso de tener a una persona muda en un mundo futurista, pero no se aprovecha nada en absoluto esa faceta. Porque por el lado de los villanos tenemos a un Paul Rudd que como contrapunto habla mucho y efectivamente, no dice nada. La película juega con la doble narración de la historia de estas dos personas, pero a veces cansa, no sabes a dónde van y hay escenas largas o que sobran.


Parece una primera versión de guion de algo interesante que podría haber llegado a ser muy bueno, pero ahí se queda, en un mundo futurista, colorido, interesante, con una foto y un arte que destacan mucho, pero con una historia que no hay por donde cogerla, siempre estás esperando algo que cuando llega no puedes creer que sea solo eso. Sobretodo por haber desaprovechado todo lo que tenían, incluso unos personajes con media cara tatuada de negro como si fuera un pañuelo y los ojos blancos. Da la sensación que la misma película en Japón o Corea habría sido cien veces más brutal.

la verdad es que es una pena, porque es bonita de ver y te interesa ese mundo, hay ciertos detalles muy interesantes y las referencias a 'Moon' son graciosas, pero no hay más. Duncan Jones se ha preocupado más por la estética que por lo que quería contar, aunque la verdad es que parece que no tenía nada que decir.

Lo mejor: la fotografía, el arte y ese universo neo-noir futurista.

Lo peor: la historia o la falta de ella. El pobre prota.

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